Mi mirada triste sólo dice una cosa: que quiero romper todos los putos relojes y
colgarme de tu risa. Desabrocharte la blusa y dibujar en tu cuerpo el mapamundi
de mi vida. Quizá llevarte a una esquina y besarte hasta dejarte sin aliento.
Que lo único que quiero es intensidad, que el corazón me vaya a cien y no perderlo
en el intento. Que te rías de las locuras de este Lobo que cada día está
más loco (por ti). Que sería capaz de llevarte al cielo sólo si te quedas un
rato más conmigo, si luchas por mi risa contra tiempo y tristeza. Que quiero
buscar nuestro beso de medianoche y perderme contigo entre nuestro edredón y nuestras sábanas. Soñar en cualquier terraza junto al mar. Soñarnos cerca y con la luz apagada.
Escribir en tu espalda el poema más bonito del mundo, “nosotros”. Ser dos
aventureros y descubrir playas secretas. Hacernos amigos
de todos los gatos del mundo y tomar café en ciudades desconocidas. Sentarnos en
medio del campo y gritar de la mano, reivindicando que somos eternos.
Ponerte mi camisa tras una noche de guerra y preparar el desayuno sonriendo
como nunca. Pero el día ya está llegando, y tú te quedas con mi mirada
triste, en vez de sacarle brillo. Mi mirada triste sólo te necesita a ti. Que
este corazón necesita más amor que el resto de corazones del mundo...
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