Acabamos
volviendo a nosotros mismos, al comienzo de los tiempos, como esa agua
salada que viene y va y nunca pierde el norte. En cambio, nosotros lo
perdemos, nos enfadamos, nos queremos y después nos callamos. Justo en el
momento exacto en el que apareces en medio del pasillo de casa con tu sonrisa y
me dejas sin armas. Quien quiere luchar contra el amor, con la sensación
que va de mis manos a mis ojos cada vez que me paras para darme un
beso. Dos pasos, un beso, y vuelta a empezar. Cerramos los ojos y nos
dejamos llevar, y tú siempre buscas mis labios. Mis labios que son la
vuelta al mundo. Un lanzamiento hacia el precipicio de tu ombligo.
Termino apareciendo al oeste de mis dudas, en medio de una carretera sin
final. Con maletas en la parte trasera de mi vida y un puñado de
ilusiones que quieren hacerse realidad. Eso sí, hay una advertencia en
medio del asfalto: Este corazón no aguanta más sacudidas.
"Porque la Vida,
a doble espacio y en letras de imprenta,
somos tú y yo en cualquier retrovisor. "
Jesús Soler
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