jueves, 2 de febrero de 2012

LOS ZAPATOS DE DANIEL

Supongo que sí, que por un día me pondría en sus zapatos.
(Vale. Lo reconozco. Me pondría sin ninguna duda. A cualquier precio)

Comprobaría qué siente y de qué forma lo hace.
Comprobaría cuánto da y cuánto recibe a cambio.
Vería cómo cuenta las cosas y las reacciones que produce.
Vería cómo trata a la gente y si el trato que recibe es el mismo.
Vería cómo es de feliz y cuánto demuestra serlo.
Comprobaría cuánto aprecia a la gente y si es el aprecio es recíproco.
Comprobaría si valora a la gente por lo que tiene o por lo que es.
Corroboraria que le quiero y en qué medida.
...

Pero creo que, irremediablemente y para bien o para mal, al final del día, volvería querer a ponerme mis zapatos (aunque no sean los que más me gustan).


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