lunes, 6 de febrero de 2012

SI NO VES MÁS ALLÁ DE TU HORIZONTE, ESTAREMOS PERDIDOS

Así es, viajamos en este tiempo imperfecto que es la vida. Nadamos en el mar de asfalto, dejándonos llevar por los semáforos, hasta llegar a casa y encontrar la misma soledad. El mismo silencio que llena todos los pasillos. Es ese silencio de biblioteca, de gasolinera perdida en medio del desierto. 

Tenemos hambre de vida. Ansiamos escapar cada vez que vemos que un tren se va y un avión despega. Caminamos por los raíles esperando otro tipo de viaje. A donde haga falta. El cielo está demasiado lejos y los viajes en globo eran un privilegio del siglo pasado. Soñamos entre las páginas de un libro con una vida que nunca tendremos mientras la televisión nos grita que necesitamos un puñado de pantalones y vestidos para demostrar al mundo quienes somos. 

Nos echamos cremas, nos pintamos la sonrisa para disfrazar la tristeza y salimos a comernos el mundo. 

Vivimos de la apariencia y olvidamos que lo mejor es lo de dentro. Hablamos del tiempo en los ascensores, esperamos que llegue la hora de salir del trabajo para poder gritar en silencio que somos libres. Atrapados, siempre, entre las putas horas del reloj. 

Aún quedamos algunos que nos enamoramos en el metro y nos sentamos en el banco de la plaza a respirar. Otros que corren todos los días para recordar que estamos vivos por alguna razón. Y todavía deseamos sorprender a nuestra pareja con una cena improvisada un día cualquiera. 

Pero el resto, olvidan, olvidamos que debemos decir te quiero de vez en cuando, que la amistad verdadera es una mirada que lo dice todo, que los libros nos enriquecen y de vez en cuando tenemos que pararnos a respirar. Olvidamos el mar, y sus respuestas. Olvidamos a las personas que tuvimos al lado y nos encerramos en nosotros mismos. Presos de los horarios, del asfalto, de la vida cuando no es vida. 

Hoy, vístete de amor y deshazte de las ataduras. Sonríe y disfruta porque este día es especial, sólo por el hecho de que estás tú. Para mi ya es especial con saber que me lees y eres capaz de vivir un poco conmigo.




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