jueves, 8 de noviembre de 2012

OBSERVANDO A LA GENTE, A TRAVÉS DE MIS OJOS O MI CORAZÓN...



No sé si esto les pasa a los demás, o en mi esta cuestión se agudiza por salir muy poco de entre estas cuatro paredes.

Observo al pasear por cualquier ciudad o sus parques, la cara de la gente, de la gente con la que me cruzo; veo que al gran mayoría trata de esconderse, o van pidiendo ayuda a gritos silenciosos, o te van diciendo “¡Mira lo infeliz que soy, préstame un poquito de atención y escucha mis lamentaciones, aunque no quiera solucionarlas!”.
 

Los hay que avasallan y los hay que huyen.
 

Pero todos adolecen de lo mismo: carencia de afecto, amor, dulzura, sentimientos positivos. No me refiero a que no los tengan, es que al cabo de los años los han ido tapando, avergonzándose; no los han exteriorizado, llegando a crear todo un ejercito de miradas perdidas, ideas imprecisas, donde todo lo que hacen lo consideran obligaciones, donde nada disfrutan; pensando en el futuro, se les va el presente. Han dejado que otros dirijan sus vidas, en detrimento de las suyas.

O eso, o es que reflejo en los demás mis propios sentimientos...



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