martes, 12 de junio de 2012

NO TENGO TRASTERO

En mi casa no hay trastero; sí, ese cuarto que, como su propio nombre indica, sirve para guardar trastos.
 
La mayoría de las personas que conozco tienen trastero en su casa y, casi siempre, protestan por la cantidad de cosas que tienen acumuladas y que no sirven para nada; lo cual viene acompañado de la cantinela: "cualquier día bajo y lo tiro todo".
 
Así tendríamos que ser con nuestros sentimientos, esos que están guardados en un rincón y que, al fin y al cabo, no son más que trastos y que, de vez en cuando, salen al exterior y nos hacen daño.
 
Tendría que existir no un trastero sino un "maravilladero"; un lugar en el que sólo hubiera cosas bonitas que han pasado a lo largo de nuestra vida y que nos gusta ver, tocar; que nos traen sensaciones agradables de tiempos pasados: los dibujos de nuestros hijos cuando eran pequeños, ésos en los que los padres siempre salían con una sonrisa y no eran unos pesados; recuerdos de sitios que visitamos y que nos hicieron disfrutar; pequeñas cosas de nuestra infancia que fueron realmente importantes,...
 
En nuestro corazón y en nuestra mente sólo tendría que haber sitio para las cosas buenas; las personas que aportaron algo especial a nuestras vidas, aquellos pequeños momentos en que fuimos felices y no queremos que desaparezcan, los buenos momentos que pasamos en familia, con los amigos.
 
Suelo ser de las personas que no guardan todo, pero de un tiempo a esta parte he aprendido que lo malo, lo desagradable, aquello que me hace daño, no tiene que tener cabida en el trastero de mi cuerpo; así que me he estoy desprendiendo de todo lo negativo y sólo guardo lo bueno. Es tarea difícil y complicada, pero es algo que ayuda a avanzar, a seguir creyendo en las personas y, sobre todo, en uno mismo.
 
 
 

2 comentarios:

  1. Sin palabras!!!!! Confieso que urgentemente yo necesito un "maravilladero".

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  2. Somos muchos los que lo necesitamos!!! muchas gracias por tu comentario!!!

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