No miento cuando te confieso con miradas que todavía no me he rendido.
Sigue ahí el sol de cada mañana para iluminar mis ganas de ser fuerte.
Toda esa montaña, alfombrada de pinos centenarios, vigila expectante mis pasos.
Todos sabemos que puedo. Yo puedo.
Es por la tarde y la manta descansa
sobre el sofá negro. Las ventanas empiezan a oscurecerse, el sol se
despide hasta mañana. Las montañas se enredan entre niebla y suspiros
delante de nuestro salón. Salgo a llenar mis pulmones de aire fresco y limpio mientras rodeas con tus
brazos mi cintura. Siempre me gustó esta sensación de libertad a tu
lado, de dejadez positiva. Respirar hondo. Sentir el viento atravesar
las cortinas e inundar nuestro salón de furia. Sabemos que estamos
juntos y eso es lo que este momento cuenta.
Ganaré batallas. Sacudo el
polvo de mis guantes y salgo ahí fuera a competir con la naturaleza, sabia
como nadie. Date la vuelta, voy a desnudarme para vestirme de sonrisas.
"Id como una plaga contra elaburrimiento del mundo"
Ezra Pound
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