viernes, 18 de mayo de 2012

Te quiero. Más que a la vida que vivo cada día. Más que a los sueños creados y en los que creo. Te quiero más que a las canciones que escucho. Más que a los dolores intrínsecos de la vida. Porque tú eres vida, sueño, canción, dolor. Amor. Eres blues, Lolita, libros en estanterías, consejos del mes de abril, vacunas contra todo dolor, borrachera en medio de tanta cordura, lunes al sol, sábados de oficina. Todo lo que siempre he querido conocer, el miedo a fracasar, a hacerlo mal, a morir de amor. Eres una cita en cocheras que me hacen oler lo más bello de la vida, eres contradicción, cambio, equipaje y avión. El diario matutino, mi verdad, el afán por superarme. Café y cigarros. Lo que me gusta, lo que detesto. Cambio, otra vez cambio. Y tú lo has visto, cuando te dije que lo natural es odiarse. El cambio. Lo natural es quererte. Tú también pensabas antes de conocerme que lo natural es odiarse. Ambos lo pensábamos, andábamos buscando otro ser que buscase lo mismo. Y plof, o cataplof... (me encanta plof y cataplof. Plof, cataplof. Mola). Tú.



No hay comentarios:

Publicar un comentario