¿Por qué tenemos que crecer y perder
la inocencia infantiles?, la respuesta es evidente: si seguimos siendo
inocentes la sociedad se nos come. Pero no hay nada como las respuestas
claras y sin maldad de los niños.
Desde la mayor tontería hasta algún problema grave, todo tiene una solución contundente en el mundo de los pequeños.
Cuando a un niño se le pregunta si las cebras son negras con rayas
blancas o blancas con rayas negras, no recurren a ningún biólogo o
veterinario para que le dé la respuesta, lo tienen muy claro: "Como los
pasos de cebra, negras y les pintan las rayas", y tranquilamente
continúan con sus juegos.
Creo que el mundo sería mucho mejor si, por un tiempo, lo gobernaran los niños.
Ellos son capaces de discutir y a los dos minutos estar dándose abrazos; de decir las cosas a la cara sin plantearse si es o no políticamente correcto y no molestarse por ello.
Ellos son capaces de discutir y a los dos minutos estar dándose abrazos; de decir las cosas a la cara sin plantearse si es o no políticamente correcto y no molestarse por ello.
¿Cómo se nos ha podido olvidar tan pronto que nosotros también fuimos niños?
Hemos archivado en algún lugar recóndito de nuestra mente que las cosas
eran sencillas, que todo tenía solución, que si alguien no quería jugar
con nosotros siempre había otro que sí, que hablar en un parque con otro
niño desconocido no era ningún problema, que soñar con los ojos
abiertos era lo más normal del mundo.
Crecemos y todo se vuelve complicado, no vemos salida a ninguno de
nuestros problemas, nos sentimos solos en un mundo lleno de gente,
intentamos esquivar conversaciones y hasta hemos creado el término
"conversaciones de ascensor", no soñamos porque creemos que nunca se van
a hacer realidad.
Y todos lo sabemos, y ninguno hacemos nada.
Si soñamos, nos tachan de ilusos; si no le damos importancia a los
problemas, somos unos dejados; si intentamos entablar una conversación
con algún desconocido, somos unos tarados.
¿Dónde está lo que un día fuimos?. Lo hemos dejado morir y, para
desgracia nuestra, seríamos mucho más felices si aún estuviera con
nosotros.
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