domingo, 8 de abril de 2012

SOÑAR Y SOÑAR

Martin Luther King dijo: "Tengo un sueño" y a partir de ese momento muchas cosas cambiaron.
 
Ahora nosotros decimos: "Tengo sueño" y nada cambia. Pasamos noches en vela porque los problemas no nos dejan dormir, porque en unas horas comenzará un nuevo día en el que tener que enfrentarnos a todo lo que nos rodea. Y, aunque parezca mentira, en esas horas que pasamos sin dormir, estamos soñando despiertos, estamos solucionando nuestros problemas, buscando la mejor salida para todo y autoconvenciéndonos de que todo se va a resolver cuando empiecen a salir los primeros rayos de sol.
 
Esas noches solitarias, en compañía de nuestra mente, de nuestros proyectos, de nuestras ilusiones; esas noches en que hacemos mil planes y encontramos mil y una soluciones; esas noches en que los ojos se niegan a cerrarse porque saben que más allá de la oscuridad viene la luz y, con ella, todo es posible.
 
Podemos decir que tenemos sueño porque no hemos dormido nada, porque las horas han seguido pasando mientras nuestra cabeza no paraba de dar más y más vueltas, porque hemos imaginado, por un momento, la solución a todos los problemas que tenemos en nuestra vida, porque hemos tenido tiempo suficiente para analizarlo todo y darnos cuenta de que podemos plantarle cara a la vida y seguir.
 
Al igual que Martin Luther King podemos hacer que las cosas cambien en nuestra vida, en todo aquello que nos rodea y enfrentarnos a los problemas, que no puedan con nosotros porque somos más fuertes, porque podemos luchar, porque tenemos fuerzas donde no sabemos que las teníamos, porque tenemos sueño porque  hemos tenido un sueño.
 
Hoy el sol luce de nuevo, y mi cuerpo, como cédula fotovoltaica, al sentir el tibio calor de la mañana y la luz limpia, brillante, se llena de energía.
 
 

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