Para
muchos las redes sociales son sitios donde abunda el peligro, donde los
delincuentes están a la espera de su presa, donde no puedes encontrar
más que tonterías.
Yo
pertenezco a varias de esas redes sociales que tanto dan que hablar y,
sinceramente, para mí es un sitio más de reunión entre conocidos y,
hasta en algunos casos, de amigos.
Siempre
tendemos a ver el lado negativo de las cosas; si nos enteramos de algún
caso con final trágico, automáticamente todo pasa a ser igual.
Respeto
a aquellos que no comparten la creencia de que las redes sociales son
algo bueno, pero no estoy de acuerdo con aquellos que dicen que
solamente son sitios para perder el tiempo.
A
través de las redes sociales puedes encontrar a personas maravillosas,
al igual que en la vida no virtual; puedes entablar lazos de amistad y
conocer un poco más lo que ocurre en el resto del mundo.
Igual
que en nuestra vida cotidiana huiríamos de una persona que va con un
arma, que profiere insultos, que desprecia todo y a todos, en nuestra
red social podemos borrar de un plumazo a aquellos que nos hacen
sospechar de un comportamiento poco correcto.
Seguro
que me recriminan que no podemos ver en persona a nuestro interlocutor;
pero, en cierto modo, es una ventaja: conoceremos sus opiniones, sus
gustos, sus ideas y no nos dejaremos engañar por su físico.
No quiero convencer a nadie para que entre en una red social; ya somos mayores para saber lo que debemos hacer y lo que no; simplemente evitar que se realicen comentarios sobre algo que no conocemos y que, para muchas personas, es un lugar donde pueden encontrar la amistad que no hay en su vida “real” y que llena ese vacío que da la sociedad actual.
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