lunes, 9 de abril de 2012

UNA TIRITA PARA EL CORAZÓN

Hay dos términos que se emplean en ocasiones a la ligera y no se les da la importancia que realmente tienen: depresión y ansiedad.

Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos estado tristes por algo; sin saber el motivo había algo en nuestro interior que no nos permitía disfrutar de todo lo que nos rodeaba. Otras veces, nuestro cuerpo ha temblado sin poder pararlo, se nos ha podido dormir una mano, pero han sido momentos de cierta alteración muy puntuales.

No soy médico, pero creo que al igual que cuando vemos a alguien con alguna parte de su cuerpo escayolada, vendada, con un resfriado o con una marca externa de una enfermedad, preguntamos y nos interesamos por su salud, debemos hacer lo mismo con aquellas personas que REALMENTE sufren estas enfermedades que hoy, por desgracia, abundan tanto.

Muchas veces decimos: estoy depre, cuando en verdad estamos tristes; nadie dice me han amputado una mano cuando se ha hecho un corte en un dedo.

Creo que no debemos tachar a las personas que padecen estas enfermedades de cuentistas, de que no tienen nada que hacer, de que tienen la vida fácil y por eso se tienen que inventar algo. Tampoco podemos decir que los psiquiatras y psicólogos son personas que no sirven para nada, más que para dar medicación y llenarlos la cabeza de pájaros (empezando por mi mismo). Pensemos por un momento en que tienen que curar algo que no se ve, pero que está ahí y que, por haber tenido la mala suerte de vivirlo en mis propias carnes, es algo que no deseo ni a mi peor enemigo.

Mucho cuidado con los términos que empleamos, mucho cuidado con las personas que están enfermas, mucho cuidado en cómo catalogamos a los que se preocupan por ayudar, y sobre todo sirva todo esto como reconocimiento a aquellas personas a las que realmente importamos y se preocupan y padecen con nosotros esa enfermedad y sus muy diversas consecuencias.

No juzguemos a la ligera, no veamos tonterías donde hay dolor y sufrimiento, no es fácil poner una tirita en un corazón roto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario