martes, 4 de junio de 2013

LA ÉPOCA DEL YO

 
No es que quiera pasar por alto los problemas que a la mayoría de personas de este país nos preocupan cada día, pero creo que tras el paro, los desahucios, la corrupción, etc, se esconden muchas más cosas.
 
De un tiempo a esta parte he ido observando como, en general, nos estamos deshumanizando y, en ese todos, me incluyo yo también.
 
Los problemas de los demás son eso, problemas ajenos que podemos comprender e incluso sentir cierta lástima, pero rápidamente pasamos a centrarnos en lo que realmente nos importa: yo.
 
Durante un tiempo hemos estado luchando contra las injusticias que nos rodean, hemos gritado, nos hemos enfrentado a todo y a todos por intentar que las cosas mejorasen, pero visto que no hay ningún cambio en perspectiva, hemos pasado a olvidarnos de que vivimos en una sociedad, en un conjunto de personas, y únicamente nos centramos en nosotros.
 
La solidaridad es un bien escaso. Ya casi nadie quiere saber de los problemas ajenos porque bastante tiene con los propios. Son pocos los que quieren involucrarse en acciones altruistas porque encuentran la callada por respuesta y las personas que nos rodean se tornan ojos que no ven, oídos que no oyen y espaldas despectivas.
 
La tan consabida ayuda al prójimo está desapareciendo y se está transformado en ayudarse a sí mismo y olvidar que hay personas que se encuentran en situaciones peores, pero ¡qué más da!, no es mí problema.
 
Da miedo pensar hasta qué punto de deshumanización hemos llegado: si vemos a alguien pidiendo en la calle ni nos molestamos en mirar, porque lo vemos, pero no lo miramos; si hay iniciativas altruistas respondemos con un simple clic al “me gusta” del ordenador y nos damos por satisfechos; si vemos a algún conocido que está sin trabajo, cruzamos de acera para no “tener que aguantar” su situación y rogamos por no encontrarnos en su lugar.

Las personas estamos desapareciendo. Somos simples animales solitarios que luchamos por sobrevivir en esta jungla de vida y que ya sólo conocemos una palabra: yo.

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