Después de construir las colmenas las abandonan y dejan toda la miel que fabricaron.
Levantan vuelo hacia su próxima morada sin mirar para atrás.
En la vida de las abejas encontramos una gran lección. En general el hombre construye para sí, piensa en el valor de la propiedad, ambiciona conseguir más bienes, sufre y pelea ante la inminencia de perder aquello por lo que “luchó” conseguir.
Prisionero en un plano denso, pierde oportunidades de experiencias superiores. Pero lo cierto es que “Donde esté nuestro corazón, allí estarán nuestros tesoros...”
La lección de las abejas está en su espíritu de donación. En un acto poco común de desapego, abandonan lo que les llevó una vida construir. Simplemente lo sueltan sin preocuparse por el destino que tendrá. Dejan lo mejor que tienen, sea para quien fuere, y parten a construir una nueva colmena que volverán a llenar de miel.
El ejercicio consiste en tener siempre presente que nada ni nadie nos pertenece, que no vinimos al mundo para poseer cosas o personas.
El destino de las abejas es construir, trabajar y crear… pero nunca poseer.
Maravillosa lección.
Los favores del destino tienen un precio, y para los que se benefician de las indulgencias de la vida, existen obligaciones de rigor absolutamente innegociables.
La vida siempre pone un precio excesivo a las cosas mas bellas… algunos pasamos la nuestra regateando con ella.
"Las personas pueden olvidar lo que les dijiste, las personas pueden olvidar lo que les hiciste, pero nunca olvidarán como las hiciste sentir" Johann Wolfgang von Goethe
Es curioso la cantidad de tiempo y energía que perdemos intentando impresionar, caer bien y deslumbrar a las personas que se cruzan en nuestras vidas.
¿Quien no ha puesto los cinco sentidos acicalándose para una cita importante, asegurándose que no se escape el mas mínimo detalle de nuestro aspecto?.
!Que ignorantes somos!
Siguiendo el hilo de la frase de arriba, nuestro aspecto solo impresionara en el momento, y con el pasar del tiempo se ira disipando hasta quedar en un rincón muy apartado de la memoria.
Lo que absolutamente nadie olvida, es como alguien nos hizo sentir.
Como de admirados, mimados e importantes resultamos para aquella persona, la felicidad que en aquel momento alguien nos reportó.
Recordarlo...
“El tiempo borra lo superfluo y en el recuerdo solo permanece lo esencial”
Imagínate por un momento que en la vida real el corazón desprendiera una luz… algo así como el piloto de un aparato eléctrico que se muestra “on”.
Y ahora, imagínate que esa luz se apaga cuando se rompe el corazón.
¡Cuantas personas apagadas, sin luz, habría por el mundo!.
Sentiríamos algo parecido a cuando nos cruzamos en la carretera con un coche sin luces…”¿Donde irá ese loco sin luz?”
Y nosotros… ¿Tenemos encendido a apagado el corazón?.
Imagínate
por un momento que en la vida real el corazón desprendiera una luz…algo
así como el piloto de un aparato eléctrico que se muestra “on”.
Y ahora, imagínate que esa luz se apaga cuando se rompe corazón.
¡Cuantas personas apagadas, sin luz, habría por el mundo!.
Sentiríamos algo parecido a cuando nos cruzamos en la carretera con un coche sin luces…”¿Donde irá ese loco sin luz?”
Y nosotros… ¿Tenemos encendido a apagado el corazón?. - See more at: http://www.dejamequetecuente.net/#sthash.DIKlq6Ce.dpuf
Imagínate
por un momento que en la vida real el corazón desprendiera una luz…algo
así como el piloto de un aparato eléctrico que se muestra “on”.
Y ahora, imagínate que esa luz se apaga cuando se rompe corazón.
¡Cuantas personas apagadas, sin luz, habría por el mundo!.
Sentiríamos algo parecido a cuando nos cruzamos en la carretera con un coche sin luces…”¿Donde irá ese loco sin luz?”
Y nosotros… ¿Tenemos encendido a apagado el corazón?. - See more at: http://www.dejamequetecuente.net/#sthash.DIKlq6Ce.dpuf
Imagínate
por un momento que en la vida real el corazón desprendiera una luz…algo
así como el piloto de un aparato eléctrico que se muestra “on”.
Y ahora, imagínate que esa luz se apaga cuando se rompe corazón.
¡Cuantas personas apagadas, sin luz, habría por el mundo!.
Sentiríamos algo parecido a cuando nos cruzamos en la carretera con un coche sin luces…”¿Donde irá ese loco sin luz?”
Y nosotros… ¿Tenemos encendido a apagado el corazón?. - See more at: http://www.dejamequetecuente.net/#sthash.DIKlq6Ce.dpuf
Soy llorón. No puedo evitarlo. Lloro con la misma asombrosa facilidad con la que sonrío.
Creo que mi cara nació para reír o llorar, a veces incluso al mismo tiempo.
Tan necesario el llanto, como menospreciado y rehuido. siempre se habla de la necesidad de sonreír a la vida, y pocas veces se dedica un merecido homenaje a esta increíble forma de liberación y expresión interior. Las lágrimas no son siempre tristes, también simbolizan la emoción desbordada, el amor incontrolable.
¿Quién no ha llorado inevitablemente alguna vez después de hacer el amor?
¿Quién no ha derramado lágrimas al contemplar una bella melodía, una bella puesta de sol, un gesto de ternura?
En los peores momentos de nuestra vida, las lágrimas mojan nuestros sentidos evitando que se sequen y acartonen.
Las lágrimas diluyen nuestras penas , evitando que estas envenenen y corrompan la cordura. Llorar sin prejuicios, sin hombría ni coraje, valorando el poder de una lágrima.
Soy
llorona. No puedo evitarlo. Lloro con la misma asombrosa facilidad con
la que sonrío. Creo que mi cara nació para reír o llorar, a veces
incluso al mismo tiempo.
Tan necesario el llanto, como menospreciado y
rehuido. siempre se habla de la necesidad de sonreír a la vida, y pocas
veces se dedica un merecido homenaje a esta increíble forma de
liberación y expresión interior. Las lágrimas no son siempre tristes,
también simbolizan la emoción desbordada, el amor incontrolable.
¿Quién no ha llorado inevitablemente alguna vez después de hacer el amor?
¿Quién no ha derramado lágrimas al contemplar una bella melodía, una bella puesta de sol, un gesto de ternura?
En los peores momentos de nuestra vida, las lágrimas mojan nuestros sentidos evitando que se sequen y acartonen.
Las
lágrimas diluyen nuestras penas , evitando que estas envenenen y
corrompan la cordura. Llorar sin prejuicios, sin hombría ni coraje,
valorando el poder de una lágrima. - See more at:
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Tan necesario el llanto, como menospreciado y rehuido. siempre se habla de la necesidad de sonreír a la vida, y pocas veces se dedica un merecido homenaje a esta increíble forma de liberación y expresión interior. Las lágrimas no son siempre tristes, también simbolizan la emoción desbordada, el amor incontrolable.
¿Quién no ha llorado inevitablemente alguna vez después de hacer el amor?
¿Quién no ha derramado lágrimas al contemplar una bella melodía, una bella puesta de sol, un gesto de ternura?
En los peores momentos de nuestra vida, las lágrimas mojan nuestros sentidos evitando que se sequen y acartonen.
Las lágrimas diluyen nuestras penas , evitando que estas envenenen y corrompan la cordura. Llorar sin prejuicios, sin hombría ni coraje, valorando el poder de una lágrima.Soy llorona. No puedo evitarlo. Lloro con la misma asombrosa facilidad con la que sonrío. Creo que mi cara nació para reír o llorar, a veces incluso al mismo tiempo.
Tan necesario el llanto, como menospreciado y rehuido. siempre se habla de la necesidad de sonreír a la vida, y pocas veces se dedica un merecido homenaje a esta increíble forma de liberación y expresión interior. Las lágrimas no son siempre tristes, también simbolizan la emoción desbordada, el amor incontrolable.
¿Quién no ha llorado inevitablemente alguna vez después de hacer el amor?
¿Quién no ha derramado lágrimas al contemplar una bella melodía, una bella puesta de sol, un gesto de ternura?
En los peores momentos de nuestra vida, las lágrimas mojan nuestros sentidos evitando que se sequen y acartonen.
Las lágrimas diluyen nuestras penas , evitando que estas envenenen y corrompan la cordura. Llorar sin prejuicios, sin hombría ni coraje, valorando el poder de una lágrima.puf
Soy
llorona. No puedo evitarlo. Lloro con la misma asombrosa facilidad con
la que sonrío. Creo que mi cara nació para reír o llorar, a veces
incluso al mismo tiempo.
Tan necesario el llanto, como menospreciado y
rehuido. siempre se habla de la necesidad de sonreír a la vida, y pocas
veces se dedica un merecido homenaje a esta increíble forma de
liberación y expresión interior. Las lágrimas no son siempre tristes,
también simbolizan la emoción desbordada, el amor incontrolable.
¿Quién no ha llorado inevitablemente alguna vez después de hacer el amor?
¿Quién no ha derramado lágrimas al contemplar una bella melodía, una bella puesta de sol, un gesto de ternura?
En los peores momentos de nuestra vida, las lágrimas mojan nuestros sentidos evitando que se sequen y acartonen.
Las
lágrimas diluyen nuestras penas , evitando que estas envenenen y
corrompan la cordura. Llorar sin prejuicios, sin hombría ni coraje,
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Soy
llorona. No puedo evitarlo. Lloro con la misma asombrosa facilidad con
la que sonrío. Creo que mi cara nació para reír o llorar, a veces
incluso al mismo tiempo.
Tan necesario el llanto, como menospreciado y
rehuido. siempre se habla de la necesidad de sonreír a la vida, y pocas
veces se dedica un merecido homenaje a esta increíble forma de
liberación y expresión interior. Las lágrimas no son siempre tristes,
también simbolizan la emoción desbordada, el amor incontrolable.
¿Quién no ha llorado inevitablemente alguna vez después de hacer el amor?
¿Quién no ha derramado lágrimas al contemplar una bella melodía, una bella puesta de sol, un gesto de ternura?
En los peores momentos de nuestra vida, las lágrimas mojan nuestros sentidos evitando que se sequen y acartonen.
Las
lágrimas diluyen nuestras penas , evitando que estas envenenen y
corrompan la cordura. Llorar sin prejuicios, sin hombría ni coraje,
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Soy
llorona. No puedo evitarlo. Lloro con la misma asombrosa facilidad con
la que sonrío. Creo que mi cara nació para reír o llorar, a veces
incluso al mismo tiempo.
Tan necesario el llanto, como menospreciado y
rehuido. siempre se habla de la necesidad de sonreír a la vida, y pocas
veces se dedica un merecido homenaje a esta increíble forma de
liberación y expresión interior. Las lágrimas no son siempre tristes,
también simbolizan la emoción desbordada, el amor incontrolable.
¿Quién no ha llorado inevitablemente alguna vez después de hacer el amor?
¿Quién no ha derramado lágrimas al contemplar una bella melodía, una bella puesta de sol, un gesto de ternura?
En los peores momentos de nuestra vida, las lágrimas mojan nuestros sentidos evitando que se sequen y acartonen.
Las
lágrimas diluyen nuestras penas , evitando que estas envenenen y
corrompan la cordura. Llorar sin prejuicios, sin hombría ni coraje,
valorando el poder de una lágrima. - See more at:
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"Cada día es un tiempo regalado. Un regalo, aunque a veces es difícil desenvolverlo. En ese caso, seria conveniente comérselo con envoltorio y todo" (Manolo García - El fruto de la rama mas alta)
Es curioso como algunas personas le sacan partido a esto de vivir, aunque la vida se empeñe en ponérselo difícil. Es el caso de Ramón Escudeiro Tilve, que protagonizó con tan solo ocho años el videoclip "El pozo de Arán", tema de Carlos Núñez.
A Ramón, el protagonista de esta historia, es difícil describirle, si bien todo lo que le sobraba en madurez, optimismo y bondad... le faltaba en salud. Además de su ceguera, hace algunos años comenzó a luchar por su vida, cuando le extirparon el 60% del hígado y tuvo que someterse a tratamientos de quimioterápia.
Aún con su estado mermado por todas estas circunstancias, Ramón acabó ganando en Hungría la medalla de plata en el Campeonato del Mundo de Judo, y fue el primer ajedrecista invidente que consiguió un récord en partidas simultáneas. Cuando él jugaba al ajedrez con sus manos, veía más que muchos de nosotros con los ojos. En su último torneo de ajedrez logró abatir a todos sus rivales con 8,5 sobre 9 puntos, obteniendo así su último título como Campeón de España en Ajedrez en su categoría. Nadie podía creer que dos días después, Ramón perdiera la partida más importante, la de su vida.
En memoria de Ramón Escudeiro, fallecido el 8 de julio de 2012.
Sirva este post para rendirle homenaje, a él y a todas esas personas que luchan cada día por vivir... con uñas y dientes.
Es
curioso como algunas personas le sacan partido a esto de vivir, aunque
la vida se empeñe en ponérselo difícil. Es el caso de Ramón Escudeiro
Tilve, que protagonizó con tan solo ocho años el videoclip “El pozo de Arán”, tema de Carlos Núñez que ya publiqué hace tiempo.
A
Ramón, el protagonista de esta historia, es difícil describirle, si
bien todo lo que le sobraba en madurez, optimismo y bondad... le
faltaba en salud. Además de su ceguera, hace algunos años comenzó a
luchar por su vida, cuando le extirparon el 60% del hígado y tuvo que
someterse a tratamientos de quimioterapia.
Aún con su estado
mermado por todas estas circunstancias, Ramón acabó ganando en Hungría
la medalla de plata en el Campeonato del Mundo de Judo, y fue el primer
ajedrecista invidente que consiguió un récord en simultáneas. Cuando él
jugaba al ajedrez con sus manos, veía más que muchos de nosotros con los
ojos. En su último torneo de ajedrez logró abatir a todos sus rivales
con 8,5 sobre 9 puntos, obteniendo así su último título como Campeón de
España en Ajedrez en su categoría. Nadie podía creer que dos días
después, Ramón perdiera la partida más importante, la de su vida
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Es
curioso como algunas personas le sacan partido a esto de vivir, aunque
la vida se empeñe en ponérselo difícil. Es el caso de Ramón Escudeiro
Tilve, que protagonizó con tan solo ocho años el videoclip “El pozo de Arán”, tema de Carlos Núñez que ya publiqué hace tiempo.
A
Ramón, el protagonista de esta historia, es difícil describirle, si
bien todo lo que le sobraba en madurez, optimismo y bondad... le
faltaba en salud. Además de su ceguera, hace algunos años comenzó a
luchar por su vida, cuando le extirparon el 60% del hígado y tuvo que
someterse a tratamientos de quimioterapia.
Aún con su estado
mermado por todas estas circunstancias, Ramón acabó ganando en Hungría
la medalla de plata en el Campeonato del Mundo de Judo, y fue el primer
ajedrecista invidente que consiguió un récord en simultáneas. Cuando él
jugaba al ajedrez con sus manos, veía más que muchos de nosotros con los
ojos. En su último torneo de ajedrez logró abatir a todos sus rivales
con 8,5 sobre 9 puntos, obteniendo así su último título como Campeón de
España en Ajedrez en su categoría. Nadie podía creer que dos días
después, Ramón perdiera la partida más importante, la de su vida
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"Cada día es un tiempo regalado. Un regalo, aunque a veces es difícil desenvolverlo. En ese caso, seria conveniente comérselo con envoltorio y todo" (Manolo García - El fruto de la rama mas alta)
Es
curioso como algunas personas le sacan partido a esto de vivir, aunque
la vida se empeñe en ponérselo difícil. Es el caso de Ramón Escudeiro
Tilve, que protagonizó con tan solo ocho años el videoclip “El pozo de Arán”, tema de Carlos Núñez que ya publiqué hace tiempo.
A
Ramón, el protagonista de esta historia, es difícil describirle, si
bien todo lo que le sobraba en madurez, optimismo y bondad... le
faltaba en salud. Además de su ceguera, hace algunos años comenzó a
luchar por su vida, cuando le extirparon el 60% del hígado y tuvo que
someterse a tratamientos de quimioterapia.
Aún con su estado
mermado por todas estas circunstancias, Ramón acabó ganando en Hungría
la medalla de plata en el Campeonato del Mundo de Judo, y fue el primer
ajedrecista invidente que consiguió un récord en simultáneas. Cuando él
jugaba al ajedrez con sus manos, veía más que muchos de nosotros con los
ojos. En su último torneo de ajedrez logró abatir a todos sus rivales
con 8,5 sobre 9 puntos, obteniendo así su último título como Campeón de
España en Ajedrez en su categoría. Nadie podía creer que dos días
después, Ramón perdiera la partida más importante, la de su vida
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A propósito del Día mundial del Medio Ambiente, quería compartir con vosotros una reflexión;
Siento como si en la Tierra habitasen dos mundos.
Uno, el de la gente, con sus problemas e historias y nuestra particular forma de vivir.
Bien
diferenciado del anterior, el de la naturaleza, el que vive ese
organismo vivo que es nuestro planeta, y todos los miembros de su flora y
fauna. Cielo, mar, sol y luna, arboles, tierra, roca, aire, pájaros,
peces….TODO.
Cuando ando de bajón,
intento conectar con ese otro mundo natural que cohabita con el humano.
Tengo tanta práctica, que necesito poco para conectar: contemplar un
trocito de cielo a través de la ventana, me sirve. El viento en la cara,
oler una hojita de hierbabuena, escuchar la lluvia, sentir el sol…
Podría pasar horas mirando el cielo lleno de nubes… un atardecer, el mar, el baile de los árboles mecidos por el viento… la Luna.
Es cuando conecto con la naturaleza, cuando tomo conciencia real de las cosas.
Soy un conjunto de células, no un conjunto de ideas.
Necesito menos de lo que tengo, posiblemente tengo más de lo que merezco.
Respiro, veo, oigo, siento, huelo… camino ¡Soy tan afortunado! Conecta con el mundo natural y no seas indiferente a cuanto lo dañe.
Dedicado a una gran amiga que en estos días lo está pasando un poco mal… todo el cariño del mundo (y muchos mimos) desde aquí!!
(se abre paréntesis) Y es que tras hablar con esa amiga, me hace pensar sobre una pregunta que en varias ocasiones me han echo: “Adolfo, ¿tú cómo haces para ser tan fuerte?”. Lo que no
saben es que en realidad de fuerte no tengo un pelo, de hecho todavía
tengo que llevar siempre encima medicación antiestrés y mirar hacía otro lado cada vez
que noto la mirada de alguien, o que sigo bajando la mirada
cuando simplemente voy paseando por la calle. Mi respuesta, literalmente, ha sido: “porque me siento tan afortunado
por toda la suerte que tengo, que hay muy poquitas cosas que dejo que
me afecten. Al final el cómo te afectan las cosas es una elección,
puedes elegir que te afecten o que no. Hay días que no me levantaría de
la cama por a o por b, pero me acuerdo de lo afortunado que soy y de la
gente que hay por ahí que realmente lo pasa mal, y cuando te pones a
valorar te das cuenta que tus problemas no son problemas de verdad.” Y ahora que ha pasado un rato de la conversación con mi amiga y me pongo a valorarlo en frío, me doy
cuenta de que de fuerte más bien poco y que estoy tan muerto de miedo
como la mayoría. Que la palabra “crisis” ya me sale hasta por las
orejas, que estoy tan hasta las narices de oir hablar de la prima de
riesgo, de independentismos y de deficit público, que hay días que ni me
molesto en encender la tele por si aparece el
telediario y me amarga el día, que tengo un miedo atroz a que las
cosas puedan ir realmente a peor y pueda afectar a mi trabajo. Que el
tiempo pasa increiblemente deprisa y yo ya no soy un niño. Que mi vida ya cumplidos hace tiempo los 40 no tiene nada que
ver con lo que imaginé que sería al cumplir los 20, que la chica
perfecta ha aparecido, pero no tengo a mi lado a mis hijos... Y a pesar de todo eso… creo firmemente en cada palabra que le he
dicho y es que, puede que a veces se me olvide o que no lo valore, pero
soy jodida y fabulosamente afortunado (y apostaría un riñon a que si te
paras a pensar en todas las cosas buenas tú también lo eres). Por eso
cada mañana cuando me despierto elijo levantarme con una sonrisa,
disfrutar el día todo lo que pueda y hacer la vida un poco más agradable
a los que tengo a mi alrededor. La felicidad, no es algo a lo que
aspiro cuando cumpla todas mis metas, es una elección que tomo cada día,
y al menos a mi, me funciona. Lo que me recuerda y viene al hilo de… “Comienza tu día con una
sonrisa, verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el
mundo”. Pues eso, aplícate el cuento!!
No es que quiera pasar por alto
los problemas que a la mayoría de personas de este país nos preocupan cada día,
pero creo que tras el paro, los desahucios, la corrupción, etc, se esconden
muchas más cosas.
De un tiempo a esta parte he ido
observando como, en general, nos estamos deshumanizando y, en ese todos, me incluyo yo
también.
Los problemas de los demás son
eso, problemas ajenos que podemos comprender e incluso sentir cierta lástima,
pero rápidamente pasamos a centrarnos en lo que realmente nos importa: yo.
Durante un tiempo hemos estado
luchando contra las injusticias que nos rodean, hemos gritado, nos hemos
enfrentado a todo y a todos por intentar que las cosas mejorasen, pero visto
que no hay ningún cambio en perspectiva, hemos pasado a olvidarnos de que
vivimos en una sociedad, en un conjunto de personas, y únicamente nos centramos
en nosotros.
La solidaridad es un bien escaso. Ya
casi nadie quiere saber de los problemas ajenos porque bastante tiene con los
propios. Son pocos los que quieren involucrarse en acciones altruistas porque encuentran
la callada por respuesta y las personas que nos rodean se tornan ojos que no
ven, oídos que no oyen y espaldas despectivas.
La tan consabida ayuda al prójimo
está desapareciendo y se está transformado en ayudarse a sí mismo y olvidar que hay
personas que se encuentran en situaciones peores, pero ¡qué más da!, no es mí
problema.
Da miedo pensar hasta qué punto
de deshumanización hemos llegado: si vemos a alguien pidiendo en la calle ni
nos molestamos en mirar, porque lo vemos, pero no lo miramos; si hay
iniciativas altruistas respondemos con un simple clic al “me gusta” del
ordenador y nos damos por satisfechos; si vemos a algún conocido que está sin
trabajo, cruzamos de acera para no “tener que aguantar” su situación y rogamos
por no encontrarnos en su lugar.
Las personas estamos desapareciendo.
Somos simples animales solitarios que luchamos por sobrevivir en esta jungla de
vida y que ya sólo conocemos una palabra: yo.
La histeria femenina era
una enfermedad diagnosticada en la medicina occidental hasta mediados
del siglo XIX. En la era victoriana fue el diagnóstico habitual de un
amplio abanico de síntomas, que incluían desfallecimientos, insomnio,
retención de fluidos, pesadez abdominal, espasmos musculares,
respiración entrecortada, irritabilidad, fuertes dolores de cabeza,
pérdida de apetito y «tendencia a causar problemas».
Las pacientes
diagnosticadas con histeria femenina debían recibir un tratamiento
conocido como «masaje pélvico», estimulación manual de los genitales de
la mujer por el doctor hasta llegar al orgasmo que, en el contexto de la
época, se denominaba «paroxismo histérico», al considerar el deseo
sexual reprimido de las mujeres como una enfermedad (jajaja, no me podéis negar que esto es para partirse de risa).
Galeno, importante médico del siglo II,
escribió que la histeria era una enfermedad causada por la privación
sexual en mujeres particularmente pasionales. La histeria se diagnosticó
frecuentemente en vírgenes, monjas, viudas y, en ocasiones, mujeres
casadas (jajaja). La prescripción en la medicina medieval y renacentista
era el coito si estaba casada, el matrimonio si estaba soltera y el
“masaje”como último recurso.
Rachael P. Maines, autor de The Technology of Orgasm: Hysteria, the Vibrator, and Women's Sexual Satisfaction,
observó que aunque en estos casos no había ningún riesgo de que la
paciente muriese (…) necesitaba tratamiento constante (ya te digo). El
único problema era que los médicos no disfrutaban con la tediosa tarea
del masaje. La técnica era difícil de dominar para un médico y podía
tomar horas llegar al «paroxismo histérico». Fue en Inglaterra, a finales del siglo
XIX, donde el doctor Joseph Mortimer Granville inventó el primer
consolador eléctrico, un lumbrera el pobre doctor, al que se le dormía
la mano aplicando “masajes” (jajaja, perdonadme pero es que me tengo que
reír).
A finales del siglo XVIII ya se vendían dispositivos de
hidroterapia y eran un accesorio muy popular en los complejos de
balnearios de lujo de Europa y los Estados Unidos (cuanta histérica rica
había suelta por el mundo). Desde 1870 los médicos dispusieron del
primer vibrador mecánico y en 1873 se empleo el primer vibrador
electromecánico en un asilo de Francia (¿en un asilo? ¡¡no doy crédito!!).
Aquí podéis ver un anuncio de 1918 con muchos modelos de vibradores.
Pues aunque resulte difícil de creer, toda esta información la he sacado de la Wikipedia, por lo tanto es rigurosamente cierta.
Supe de la Histeria femenina, a través de la película “Histeria”
que en clave de comedia, nos relata esta curiosísima historia, que sin
duda fue el inicio de todo un mercado de objetos sexuales.
Un film divertido que aunque solo sea por conocer la historia, merece
la pena ver.
Yo me he reído mucho con todo esto… hay que ver que cosas
se entera uno, jajaja,¡que cosas!.
Después de mucho buscar, he decidido acompañar este post con un bonito y
“sensual” tema de Selena, “Come & Get it” (Vén y Tómame)… como
veis, la chica anda un poco histérica.