De todas las formas de Valentía, escasea aquella de afrontar la verdad, reconocer el fracaso y las equivocaciones personales, llamando las cosas por su nombre.
De todas las formas de Cobardía, abunda la de esconderse detrás de un muro de hipocresía y perfección, auto gestionados de falsa felicidad.
Después de todo… no soy tan cobarde como creía.
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