En la Edad Media, los alquimistas, tenían como meta fundamental modificar su ser interior para alcanzar un estado espiritual más elevado. Creían que la transmutación de cualquier metal en oro era posible.
A día de hoy, unos cuantos siglos después, los alquimistas siguen trabajando frenéticamente por conseguir objetivos parecidos a estos.
Yo veo una especie de alquimista, en el pintor que transforma un lienzo en blanco en una obra de arte.
Veo alquimistas a los hombres que construyen un hogar partiendo de un montón de ladrillos y arena.
Veo alquimia en la capacidad humana para mantener una familia con recursos limitados, en ese ama de casa que hace una deliciosa comida con apenas dos ingredientes.
Veo alquimistas a las personas que a pesar de sus limitaciones, físicas, intelectuales o sociales, caminan con paso firme por la vida.
Alquimia es transformar la tristeza interior… en sonrisas para regalar cada día.
Si, veo alquimistas por todas partes.
Vivo rodeado de ellos, y yo mismo, cada día… saco oro de la chatarra (o eso intento).