Cuando vivía en la ciudad, u aún cuando vuelvo a ella y el tiempo me lo permite, me gusta ver la forma en que la multitud sale del semáforo.
Ahí es donde se distinguen las prisas y la timidez de algunos que son educados y ceden el paso.
Peatón rojo. peatón verde, peatón rojo, peatón verde…
Es como el inicio de una carrera cada cinco minutos: preparados, listos, YA.
Con cada pasada de pelotón cambia el grupo, diferentes pelos, ropas y diferentes prisas (…).
Me gusta mirar como se disgrega la tropa que espera la señal y se dispersa en racimo por el paso de cebra. Uno a uno. (…).
Los peatones se borran cuando pasan la esquina (...) y aparecen otros.
Un desfile de zombis. De fantasmas con alma. "Peces de ciudad”
Siempre que me encuentro en esta situación de espectador, inmediatamente me viene a la cabeza una de las mejores canciones compuestas por el “Genio de Úbeda”, Joaquín Sabina. “Peces de ciudad” es una canción compuesta magistralmente en un hotel de Lima entre whiskies y abrazos, y maravillosamente interpretada por él mismo y Ana Belén.
No sabia que versión del tema incluir, porque todas son únicas, así que me he decidido por una que seguramente no conocéis, la de Zahara, otra paisana de Úbeda que sucumbe al encanto de los peces de ciudad.
Me gusta que las nuevas generaciones rindan tributo a los grandes clásicos de cualquier rama del arte, en este caso… de la música (y si lo hacen con tan buen gusto, mejor).
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