Charles Dickens tenia solo 12 años cuando sus padres lo enviaron a hacer betún a una fabrica junto a los muelles. Esto lo jodió para siempre… pero lo convirtió en escritor.
Creo que muchos de nosotros tuvimos una fábrica de betún, un algo terrible que nos hizo perder el corazón de niño, igual que perdimos los primeros dientes de leche.
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