Tu eliges. Ahogarte en las aguas turbulentas de la contrariedad y el desánimo, o salir maltrecho pero victorioso de cada diluvio.
Como dice el estribillo de esta hermosa canción de Take That:
“A pesar que nadie lo entendió,
soportamos el diluvio
Dijeron que no volveríamos a bailar más
pero aprendimos a bailar tras el diluvio
Sangramos,
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