miércoles, 3 de julio de 2013

EL DILUVIO

Tarde o temprano, problemas, enfermedades  o tristezas aparecen en la vida de cada uno de nosotros. Algunos gotean en nuestro  animo como esa lluvia que en en el norte de España llaman sirimiri, pero otros acontecimientos o pérdidas pueden ocasionar  auténticos diluvios.
 

Tu eliges. Ahogarte en las aguas turbulentas de la contrariedad y el desánimo, o salir maltrecho pero victorioso de  cada diluvio.
 

Como dice el estribillo de esta hermosa canción de Take That:  
“A pesar que nadie lo entendió,
 soportamos el diluvio
 Dijeron que no volveríamos a bailar más
 pero aprendimos a bailar tras el diluvio
 Sangramos,

 

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