Casi todo en la vida es pasajero, los lugares por donde pasamos son "transitorios"... Nada es eterno, y nadie es imprescindible. Pero cada paso que vamos dando es parte de la formación de nuestro futuro, de nuestro carácter y experiencia como seres humanos.
Cada cambio, implica un duelo, en mayor o menor medida, pero duelo al fin. Dejamos algo, ponemos un punto final a un párrafo, para así, cerrar otro capítulo en el libro de nuestros días. En ese libro que por título lleva nuestro nombre. Es lo que vamos escribiendo desde que nacemos hasta el final de nuestro crecimiento.
La variante, creo que está en la cantidad de capítulos que vamos escribiendo. En los puntos finales y en las sangrías de cada nuevo comienzo.
Algunos tal vez solo puedan escribir pequeños libros, por falta de vivencias, de educación o simplemente por pocas ganas de conocer, de escribir su historia y dejan que la vida pase. Y otros tengan el privilegio de contar con varios tomos, porque miran para adelante, quieren mas, no se conforman con lo que hay, necesitan saber, conocer, experimentar y enfrentar nuevos rumbos.
• Yo quiero ser parte de este 2º grupo •
No me quiero quedar con la pregunta dando vueltas en mi cabeza... ¿Y qué hubiera pasado si?
Con el dolor y el miedo que me genera cada movimiento, opto por probar lo nuevo. Quedándome con el recuerdo, las enseñanzas y la experiencia vivida de lo anterior. Rescatando lo bueno, todo lo bueno, y descartando lo que no fué productivo, y esto te hace, inevitablemente, hacer un breve balance en tu cabeza. Y el resultado de ese balance en mi cabeza dió como resultado que el haber le ganó a debe, y que me llevé de todo y la mayoría ha sido muy bueno.
Lo triste de esto, es abandonar la rutina del saludo diario con gente querida. El abrazo con aquellos que mas afinidad o cercanía uno tiene. las anécdotas, los momentos de risa y complicidad con los compañeros de trabajo. Ni hablar de esos tiempos en que uno pasó por situaciones sumamente difíciles donde los mas cercanos (algunas que ahora son parte de mi grupo de amigos) me dieron su abrazo, apoyo, consejo, consuelo y una sonrisa enorme y reconfortante.
¿Cómo no ponerte triste sabiendo que esto cotidiano ya cambió?
De todas formas, apunto a mi futuro y a mantener los lazos que en la vida fuí forajando y conservarlos en mi corazón y en el libro de mi vida.
Hoy les agradezco todo el cariño que me dieron en estos años que pasamos juntos. Gracias por todo el apoyo. Se que los buenos vínculos siempre se mantienen firmes y eso me da alegría.
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