Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar... decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas, decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución, decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis, decidí ver cada noche como un misterio a resolver, decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.
Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos.
Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar. Me dejó de importar quién ganara o perdiera, ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.
Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien "Amigo".
Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente.
Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás.
Aquel día decidí cambiar tantas cosas...
Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad...
Para cambiar las formas de hacer, antes hay que cambiar las formas de pensar
miércoles, 29 de enero de 2014
jueves, 16 de enero de 2014
ROTO EN MIL PARTES...
Hay una parte de mi que está muy triste, hay otra parte de mí que está muy enojada, hay una parte de mí que está perdida, hay otra parte de mi que esta angustiada, hay una parte de mi que quiere verte, hay otra parte de mi que me convence que no es necesario, hay una parte de mi que te ama profundamente, hay otra parte de mi que no deja de preguntarse para que...
Nada más cuerdo que darme cuenta que volví a partirme en mil partes... nada más loco que siempre estar en la misma situación...
miércoles, 8 de enero de 2014
ES IMPOSIBLE BORRAR NUESTRAS HUELLAS DE LAS VIDAS QUE TOCAMOS
Resulta apacible recordar un olor, ser capaces de reproducir unos gestos característicos e incluso unos hábitos, poder rememorar frases o expresiones que eran una seña de identidad. Es incluso mágico repetir fotogramas almacenados en la retina. Es trágico olvidar una voz, a través del tiempo y la distancia.
No todos los pasos pueden seguirse. No todos los caminos conducen al mismo lugar. Las reglas cambian según el juego y a veces incluso, según el jugador. No todo lo ajeno es impropio, ni tampoco todas las preguntas son inadecuadas.
Nos convertimos en mártires, en víctimas, en verdugos, en amantes, en oradores, en alquimistas, en trileros, en malabaristas, en faquires, en zahoríes, en cuentacuentos, en correveydiles, en sicarios y en supervivientes. Nos influyen las circunstancias de cada momento.
Olvidamos facilmente y con cierta vehemencia. Dilatamos los compromisos y perdemos apuestas.
Somos relativamente honestos, relativamente crueles, relativamente mentirosos, relativamente afables, relativamente curiosos. Somos relativamente relativos.
Conocemos gente y los amamos, los convertimos en tesoros. Tesoros autónomos e independientes. Nos olvidamos de que los tesoros deben cuidarse, pueden perderse, pueden robarse, pueden empeñarse. A veces, nos desprendemos de ellos, imaginando que son un lastre innecesario. Olvidamos que no siempre la culpa es de los otros, pero con cierta frecuencia, nos cegamos con lo que queremos ser o lo que creemos que somos.
Es necesario pues, convertir la honestidad en una obligación y descartarla cómo una virtud.
Es necesario pues, convertir los recuerdos de los seres que se pierden y que perdemos, en una virtud y no descartarlos cómo una obligación.
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