En términos vinícolas, “la parte de los ángeles” alude a la cantidad de vino que se pierde por evaporación dentro de la barrica. Una parte de algo, evaporada como por arte de magia. En apariencia un tiempo perdido pero totalmente necesario para lograr un licor de calidad, por que cuando abres el barril para decantar tienes menos volumen… pero hay vino sin mosto.
Podemos utilizar este símil para definir los años que uno se pasa con el corazón dolorido tras una separación, dando palos de ciego, curándose por dentro y madurando el perdón.